Ya en este espacio comenté sobre la infancia y los recuerdos, la mayoría felices, que tenemos de esta etapa. A mi juicio y basado en la teoría de la escuela de la felicidad del Dr. Seligman de la que hablo recurrentemente, es porque en la infancia tenemos una gran cantidad de relaciones positivas, de emociones positivas, logros constantes, compromiso y comenzamos a darle sentido y significado a nuestra vida.
Como nuestras expectativas con respecto a las otras personas no son tan altas como las que se suelen tener en la etapa adulta, es sencillo hacer amigos y tener muchos compañeros de juego, el jugar y la diversión que provee, las risas liberadoras de endorfinas, correr bajo el sol y estimular la vitamina D a llenar nuestro cuerpo de energía, estímulos naturales que nos dan esa sensación de bienestar que llamamos felicidad.
Pero el tema me vino a la mente gracias a que una querida prima, Eloísa, compartió en "face" unas fotografías de las series de televisión de la época de nuestra infancia, recordaba programas de aventuras y caricaturas que marcaron momentos felices frente al televisor, al igual que ella, me vinieron a la mente los rituales de la espera de la hora del programa, en mi caso recuerdo que teníamos una televisión enorme, a blanco y negro, que funcionaba con "bulbos" y que al momento que se encendía comenzaba un pequeñísimo punto blanco al centro del "cinescopio", poco a poco se iba aumentando la imagen hasta que llenaba por completo la pantalla dando lugar a la imagen de rayas que usaban en el canal repetidor para los ajustes.
Como vivíamos en provincia, no podiamos tener todos los canales que había en la capital y que mi prima comentó, en provincia teníamos que esperar hasta la tarde para tener señal y poder ver los programas en sólamente 2 o tres canales.
Era fan de programas como "Viaje al fondo del mar", "El túnel del tiempo", "el super agente 86", "Batman", "La isla de Guilligan", "Señorita Cometa", "Viaje a las estrellas", "Perdidos en el Espacio", "Combate", "Hechizada", "Mi bella Genio", por supuesto que del "chavo del 8" y "El Chapulín Colorado".
Esperaba cada semana el capítulo de "Disneylandia" y sí, como dice mi prima esperaba que fuera de caricaturas y especialmente de "Goofy" a quien en esa época llamábamos "Tribilín" y que fuera presentado por "Ludwig Von Pato", una especie de científico que hablaba chistoso y nos explicaba, por ejemplo, la historia de los deportes. Caricaturas como "los picapiedra", "los supersónicos", "el hombre araña", "Fantasías Animadas", "La liga de la Justicia", "Scooby Doo", "Tom y Jerry" y algunas otras más, y eso que era poco el tiempo de televisión comparado con la actualidad donde hay canales de 24 horas de caricaturas.
Por otro lado, el no tener tanto tiempo en la televisión nos hacía buscar otras diversiones, para mí la lectura era una de las más importantes, pero también disfrutaba mucho de los juegos llamados "de mesa", salir a jugar con mi hermano Gerardo y la palomilla de amigos de la cuadra, definitivamente, si hiciera un cálculo de la proporción de momentos felices en la infancia pondría un 98% y creo que la televisón colabora con un 25%.
Ojalá que hayas recordado tus programas favoritos, tus momentos felices y que esta lectura sume a tu cuenta personal de ésos momentos, sólo me resta dejar la frase para la reflexión...
"Cuando la televisión es buena, nada es mejor. Cuando es mala, nada es peor."
Newton Norman Minow (1926-?) Abogado estadounidense.
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