¿Existe la envidia de la buena?, ¿cuántas veces han escuchado esta expresión?, incluso la habrán escuchado de personas cercanas y queridas, sin embargo, la envidia es un sentimiento que tiene una connotación negativa, de hecho es uno de los siete pecados capitales, el diccionario nos dice lo siguiente:
envidia.
Tristeza o pesar del bien ajeno, por eso tiene un aspecto negativo y debemos detonar nuestras acciones para cambiar ese sentimiento a modo positivo.
Todos sin excepción hemos tenido esa sensación, pongamos por ejemplo algo sencillo y muy actual por el Mundial, se critica a Argentina que depende de un sólo jugador y que Brasil no juega a nada, pero nos preguntamos cuándo México jugará tan mal para estar en semifinales, eso es envidia.
Cuando nos enteramos lo que pagan de impuestos en otros países, los servicios e infraestructura que obtienen a cambio y los comparamos con México, nos preguntamos que es necesario para que nuestros políticos sean verdaderos servidores públicos, porque allá sí se puede y aquí no, eso también es envidia.
Vayamos acercándonos más a nuestro propio entorno, las situaciones que pudieran considerarse como envidia se presentan en el trabajo, en nuestra relación con los vecinos, en nuestra propia familia. Pongamos ejemplos, trabajas todos los días arduamente para que tus esfuerzos sean reconocidos y un día de la noche a la mañana llega un recomendado que es nombrado jefe, gana más que tú y además eres quien sigue haciendo el trabajo, desearías tener un amigo o pariente poderoso que te recomendara.
Tienes tu casa que te costó mucho trabajo y esfuerzo tenerla, pagas tus servicios puntualmente aunque sean caros y malos, te enteras que tu vecino trabaja en la CFE y que no paga energía eléctrica gracias a una prestación, gasta iluminando su casa, pone aire acondicionado en todas las habitaciones, aparatos eléctricos encendidos todo el día, un enorme desperdicio, cuando pagas tu recibo desearías tener un trabajo en esa dependencia para que te regale la energía.
La envidia en la familia suele ser por muchas causas pero una causa es la repartición de las herencias, si existe un trato diferenciado, la persona que se siente perjudicada termina deseando lo que dieron a los demás, pero también puede darse el caso que aunque la repartición sea equitativa, alguien se sienta merecedor de una mayor cantidad.
Cualquiera que sea el caso, el problema de envidiar no es sentirlo, sino como actuamos al respecto, como dice la definición, el desear algo ajeno puede generar tristeza, pero también puede causar enojo, ambas son sensaciones negativas que la envidia detona, entonces lo que debes evitar es la tristeza o el enojo, desear cosas probablemente no lo evitarás, sentirte mal por no tenerlas o por que las tengan otros sí.
El desear algo debe convertirse en un motivador positivo para modificar tu conducta, trabajar en ello, establecer objetivos, un plan de acción, llevarlo a cabo y conseguir lo que se desea. Hay situaciones que podemos cambiar porque dependen de nosotros, habrá otras que no, es importante identificar claramente las que si podemos cambiar y hacerlo.
Siempre habrá una emoción positiva como el amor o la amistad que hace sentir una alegría sincera por lo bueno que le pasa a los demás y por los bienes que disfrutan, cuando te sientes feliz por los demás, no es envidia "de la buena", simplemente es alegría.
Como siempre les dejo una frase para la reflexión...
"La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual."
Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.
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