¿Les ha pasado que han tomado una decisión importante y después se arrepienten de haberlo hecho?, ¿recuerdan el estado de ánimo que tenían cuando la tomaron?, Cuando tomamos decisiones tenemos una probabilidad de que sea acertada y hay un impacto, ya hemos hablado del tema ver: http://richosan.blogspot.mx/2014/01/las-decisiones-que-hacemos.html sin embargo, hay una variable que puede influir de manera importante en el resultado y es el estado de ánimo.
Cuando hay un grado grande de exitación, sea positiva o negativa, la emoción influye en la elección de la opción en el sentido que determina lo que sentimos, si estamos muy alegres podemos inclinarnos por la opción que nos da el escenario más optimista y podemos perder de vista mensajes de alerta que no dejaríamos pasar en otra circunstancia.
Por el contrario, si estamos molestos o tristes, entonces podemos inclinarnos por la opción que ofrece el escenario pesimista y entonces perdemos de vista oportunidades que también consideraríamos en otras circunstancias.
Cuando decidimos desde el estómago, es decir desde las emociones, el riesgo de quivocarnos es mayor y el arrepentimiento posterior se convierte en una emoción negativa que resta a nuestra cuenta emocional.
En las empresas, los líderes que tienen problemas para controlar sus emociones suelen tomar decisiones así, influidos por la emoción del momento y pueden convertirse en problemas más dañinos para las organizaciones hasta el riesgo de causar pérdidas importantes, un ejemplo muy claro es el tema laboral, hay jefes que maltratan a sus colaboradores, toman la decisión de despedirlos al calor del enojo y eso se convierte en demanda que puede costar miles de pesos.
La inteligencia emocional y el control es una de las características que deben tener las personas que tienen la encomienda de dirigir un grupo de personas y tomar decisiones importantes de negocio, las decisiones deben ser tomadas con la cabeza fría. También hablamos hace poco de controlar el enojo, si eres de mecha corta, lo peor que puedes hacer es tomar decisiones en ese estado.
Pero no solamente en los negocios se debe evitar, especialmente en la familia, a veces es solamente la decisión de decir algo en un momento de ofuscación, las palabras pueden ser muy dañinas y afectar tanto o más que un negocio de miles de pesos.
Recuerdo una analogía que leí hace algunos años en un Selecciones, decía que pusieras una pluma en la puerta de cada una de las personas a las que habías ofendido y después regresaras a intentar recogerlas, es imposible, lo mismo pasa con las palabras que dices, es imposible recogerlas después.
Definitivamente asumimos las consecuencias de las decisiones que tomamos, qué necesidad tenemos de complicarnos la existencia. Decide con cabeza fría.
Como siempre les dejo la frase para la reflexión...
"Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza."
Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Escritor español.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Participa y deja un comentario