En todas las relaciones humanas, tarde o temprano, surge un conflicto. El diccionario entre sus acepciones nos dice que es sinónimo de combate, de lucha y de pelea, en otra nos dice que es un problema o materia de discusión, Wikipedia, una fuente usada con reservas al ser de aportación libre, nos amplía una defición y dice que: "El conflicto es una situación en que dos o más individuos con intereses
contrapuestos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones
mutuamente antagonistas, con el objetivo de neutralizar, dañar o
eliminar a la parte rival...".
De tal manera, que para que exista un conflicto deben tenerse los siguientes elementos: por lo menos 2 personas, intereses encontrados y acciones antagónicas. Puede ser el caso que existan conflictos internos, inherentes a una sola persona, pero ése es un término de psicología, en este blog estamos hablando de conflictos en las relaciones humanas, por eso siempre se requerirá por lo menos dos personas. Si las personas tienen intereses en común, no habrá conflicto, incluso, aún con intereses encontrados, si no hay acciones antagónicas, es decir enfrentamiento, tampoco habrá conflicto.
Visto en esta perspectiva, un poco simplista pero efectiva, las recomendaciones para resolver conflictos deben girar en torno a quitar alguna de estas tres condiciones, como siempre nos relacionamos con alguien pues vivimos en sociedad, la primera premisa es inevitable, enfoquémonos en las restantes: intereses encontrados y acciones antagónicas.
Los intereses encontrados, probablemente éste sea el factor fundamental, ya que si logramos alinear los intereses, desactivamos automáticamente el tomar acciones antagónicas de las que habla la definición de Wikipedia. Ahora es sólo una de las premisas en la que debemos poner foco.
¿Cómo logramos entonces, que los intereses coincidan? Para empezar tenemos que aceptar que los escenarios perfectos no existen al intentar resolver un conflicto, es dificil que los intereses queden totalmente satisfechos para los protagonistas del conflicto, en pocas palabras, no siempre lograremos todo lo que queremos en un acuerdo, siempre implicará una negociación y el proceso, la manera de llevarla a cabo, es lo que determinará, en la mayoría de los casos, el éxito de la negociación.
Es importante identificar los puntos de coincidencia, eso hará que nos enfoquemos en los puntos discordantes, de ellos debemos identificar en cuáles puntos podemos ceder, los que no son importantes para nosotros, esos debemos hacerlos de conocimiento de la contraparte como muestra de voluntad en el proceso o usarlos como intercambio para alcanzar el acuerdo, de los restantes puntos, aquellos que consideramos importantes, debemos identificar un punto medio al que ambos podamos llegar en proceso y proponerlo. Esta etapa la podemos llamar de preparación, es previa a iniciar la negociación, es establecer nuestro "mapa de negociación", clarificar hacia donde donde nos moveremos y hasta donde llegaremos.
La asertividad, esa actitud personal que asumimos con madurez e inteligencia emocional, nos ayudará a evitar el conflicto de una manera positiva, sin ser pasivo pero sin ser agresivo tampoco, dice una ley de Newton, si mal no recuerdo la tercera que "a toda acción corresponde una reacción de la misma intensidad y fuerza en sentido contrario", eso aplica en las relaciones humanas y especialmente en el caso de los conflictos, así que agresividad se puede responder con agresividad, es como inician las acciones antagónicas. Para evitarlas siempre hay que tender un puente, abrir una puerta para lograr un acuerdo, la comunicación es fundamental para conseguirlo.
Así que debemos buscar evitar los acuerdos "suma cero" aquellos donde uno gana y el otro pierde, se deben buscar los acuerdos en que ambas partes tengan la mayor ganancia posible para cada uno, acuerdos "ganar-ganar", cuando nos aferramos a posturas inamovibles se incrementa el riesgo de conflicto.
Nunca será sencillo, si lo fuera no existiría tanta literatura al respecto, ni se hubiesen causado guerras, mi humilde aportación es tratar de traducir en simples recomendaciones aquellas acciones que me han ayudado a mí a mejorar mis relaciones personales.
Analizando, en resumen, en la solución de conflictos, las emociones positivas, como la asertividad y relaciones positivas en el proceso de negociación, significado y logro al conseguir acuerdos importantes para ambos, compromiso adquirido al honrarlos, son los cinco elementos de la fórmula PERMA de la Felicidad, una sencilla fórmula para transformar el conflicto en un momento feliz que abone a tu cuenta personal.
Como siempre te dejo una frase para la reflexión...
"El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la
solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda
vida humana."
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
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