Como los presos que van contando marcando con rayitas en la pared de su celda los días para cumplir su condena, así inicia hoy la cuenta de los días para que regrese Fernando, mi hijo menor de su aventura de un año estudiando en el extranjero, hoy al despedirlo me sorprendió la madurez y la actitud con que partió.
El primer mensaje que mando fué bromeando, como acostumbra hacerlo, acerca de lo que estaba pasando en su escala en Dallas rumbo a la reunión de todos los muchachos inscritos en el programa de intercambio en Nueva York, sin duda una de las mejores experiencias de este viaje.
Este viaje lo hizo también Ricardo mi hijo mayor hace cinco años, la diferencia fue que con Ricky también fue nuestra primera experiencia, tenemos la fortuna de que será la misma familia quién lo reciba, los padres adoptivos de Ricky lo serán tambiñen de Fer y eso nos tranquiliza, sabemos de la calidad moral de la familia que lo hospedará, conocemos por referencia, la comunidad y la escuela.
Indudablemente esta experiencia será muy enriquecedora para nuestro hijo, lo hará madurar aunque nos ha demostrado su madurez desde muy pequeño, tiene un excelente modelo que imitar que es su hermano mayor y su deseo de parecerse a él, lo ha hecho crecer más rápido, de hecho los amigos de Ricky lo son también de Fer, son compañeros de juego en video y algunos han sufrido las bromas de Fer.
Pero esta ausencia de nuestro hijo también nos hace madurar como pareja, aunque cuidamos de no hacerlo, solemos poner a los hijos en primer término, este año con Fer ausente y Ricky mayor de edad y con sus propias actividades e independencia, nos dará más y mejor tiempo de calidad como pareja, también nos enriquecerá.
Ricky recordará esos cinco primeros años de su vida en que fue hijo único, al igual que pudo probarlo Fer cuando su hermano mayor estuvo ausente, aunque creo que no se compara con la sensación de tener un hermano. Mis hijos se llevan cinco años porque ese tiempo tardé en convencer a Mary de tener un segundo hijo, hasta que me dieron el argumento que la convenció, una señora que trabajaba en la misma empresa me dijo: "si se llevan bien o mal los hermanos es cosa de ellos, pero Usted no tiene el derecho de negarles la oportunidad de estar acompañados en la vida, cuando ustedes falten".
Vengo de una familia grande, de siete hermanos de los cuáles he contado algunas anécdotas, siempre quise una familia grande, las condiciones de la economía y las dificultades de la vida cotidiana, me hicieron ser responsable y tener sólo dos hijos, aunque hubiera querido más, Mary, a pesar de ser de familia grande también, quería quedarse sólo con uno, afortunadamente la convencí de lo contrario, quienes son hijos únicos saben de lo que hablo.
Hoy tenemos una nueva etapa de nuestras vidas como familia, ruego a Dios por la paciencia y sabiduría para aprender lo mejor de ella, esperaré con ansías el regreso de mi hijo querido.
Les dejo la frase para la reflexión...
"El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar."
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Participa y deja un comentario