jueves, 28 de agosto de 2014

Y tú ¿eres digno de confianza?

Me gustaría comentar el tema de la confianza pero ahora desde otra perspectiva, generalmente evaluamos la confianza con respecto a quién la otorgamos, es decir a quienes consideramos dignos de confianza, sin embargo, ¿qué hacemos nosotros para ser dignos de la confianza de los demás?.

Como en todas las recomendaciones que sugiero en el blog, el proceso debe partir del autoconocimiento, de qué tan bien conozco mis fortalezas, debilidades, habilidades y competencias, porque eso me permite en primera instancia, hacer mis planes de mejora, la primera persona en quien tengo que confiar es en mí mismo.

Me quiero referir hoy a tres recomendaciones que a mi juicio te convierten en una persona digna de confianza, desde luego que hay más y el tema puede enriquecerse con sus aportaciones, pero me quiero enfocar sólo en estas tres para facilitar el proceso de toma de consciencia y que nos pueda ser más fácil a todos.

La primera de las recomendaciones es NO MENTIR, no hay pequeñas mentiras, solo son mentiras, puedes darle el calificativo que quieras, piadosas, infantiles, inofensivas, o cualquiera otro, pero son mentiras. Ocultar y tergiversar las cosas es una forma de mentir, el problema es que lo hacemos tan frecuentemente que no nos damos cuenta hasta que la mentira es tan grande que no se puede ocultar.

Hay personas que dicen una mentira tras otra, que llegan al grado de creer sus propias mentiras y aceptarlas como una realidad, viven en su mundo ficticio y no les importa que sea tan evidente, siguen mintiendo porque así están acostumbrados, no pueden dejar de hacerlo sin ayuda profesional. Hay también pequeños mentirosos, me atrevo a decir que todos alguna vez hemos mentido, debido a que, a veces el decir siempre la verdad no es socialmente aceptado, por ejemplo: no te gustó la fiesta, te vas temprano y te disculpas diciendo: "fantástica la fiesta eh?, pero me tengo que ir porque mañana me levanto muy temprano" y mañana es domingo. Pero no sería socialmente aceptado decirle al anfitrión: "tu fiesta está muy aburrida y mejor me voy a dormir a ver si aprovecho mejor mi día mañana". ¿Tu qué harías.?

Una segunda recomendación para ser digno de confianza es SER CONGRUENTE, que coincida lo que piensas con lo que dices y lo que dices con lo que haces, la congruencia te da credibilidad, hace poco hablábamos de la calidad moral, pues bien la congruencia es una manera de tener calidad moral.

Por ejemplo, te quejas de la corrupción en tu país, a todo el mundo se lo dices, juzgas a quienes cometen actos de corrupción, pero te sorprende un agente de tránsito excediendo el límite de velocidad de una zona escolar, que es de las multas más caras en Monterrey y lo primero que haces es preguntar "¿cómo nos arreglamos?". Si no haces lo que predicas y tus acciones no son ejemplo, no serás digno de confianza.

La tercera, aunque no menos importante, CUMPLE TU PALABRA, dale el valor a tu palabra dada, si prometiste hacer algo, cúmplelo, si no lo haces, no tendrás credibilidad. No necesariamente se trata de prometer, respetar los acuerdos es una forma en que cumples tu palabra, asumir tus compromisos, como por ejemplo pagar las deudas, honrar los contratos.

Hay compromisos morales en los cuáles no hay un contrato, ni una firma de por medio, pongamos por ejemplo el que adquirimos con nuestros hijos de educarlos y apoyarlos para que se puedan valer por sí mismos o el que tenemos con nuestros padres de respetarlos. 

Cumplir nuestras reponsabilidades laborales con la oportunidad requerida y con la calidad adecuada es otra forma de respetar y cumplir la palabra, una persona responsables es y siempre será digan de confianza.

Los seres humanos somos imperfectos y no podemos evitar el cometer errores, algunos serán tan grandes que destruyan la frágil confianza que puedan tener en nosotros, la humildad de reconocerlos, sumado a las acciones que hayamos hecho para construir esa confianza, nos hará merecedores de una oportunidad más para corregir y mejorar. 

No puedes dar lo que no tienes, así que si no confías en tí y en los demás, no podrás esperar que los demás confíen, es cuestión de correspondencia.

Por hoy les dejo la frase...

"Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti."
Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.



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