viernes, 1 de agosto de 2014

Las revistas de historietas

Leer las revistas de historietas o como les dicen ahora "cómics", era uno de mis pasatiempos favoritos cuando era niño, me podía pasar largas horas leyendo y releyendo las historietas, como ya he comentado en otras publicaciones, no teníamos tantas distracciones como se tienen en la actualidad.

Mi papá nos compraba 2 o tres revistas cada semana, lunes o martes, recuerdo que esperaba que llegara al mediodía y en medio de las hojas del periódico estaban las esperadas revistas, las que siempre compraba eran las "Aventuras de Walt Disney", narraba las peripecias de Donald, Tribilín, Mickey Mouse, el Tío Rico, los sobrinos Hugo, Paco y Luis.

Otra de las que compraba invariablemente eran las aventuras de "la Pequeña Lulú", la palomilla de amigos donde destacaba Tobi, quien tenía su club solo para niños, de ahí que los grupos exclusivos para varones le digan "el club de Tobi". También compraba uno muy parecido que era "Periquita", no me gustaban tanto como los de Lulú.

Uno más era la historieta de "Lorenzo y Pepita", algo que recuerdo eran sus fabulosos sandwiches de varios pisos que siempre se preparaba, sus peleas con el vecino de las que siempre salía con sus ojos morados, esta historieta tiene muchos detalles de los que se ven en los programas de comedia de Estados Unidos.

Llegaba un momento en que estas revistas estaban muy vistas, entonces mi hermano José Luis las intercambiaba con un primo, Pepe, quien también coleccionaba historietas sólo que con otros temas, cuando mi hermano venía de hacer su intercambio, llegaba con una maleta con 40 o 50 nuevas revistas, un verdadero tesoro, traía historietas de Supermán, Batman, Leyendas de la colonia, Fantomas, uno de mis favoritos, de Ripley, Aunque Usted no lo crea, de la Dimensión Desconocida y otro de mis favoritos, La familia Burrón.

Ese tesoro era fuertemente custodiado en un roperito al que mi hermano le había puesto un cerrojo de armellas y un candadito, en ese roperito en el lado izquierdo, donde debería estar colgada la ropa, ahi se formaba una pila de revistas, tal vez de unas 200, para tener acceso a ellas, mi astuto hermano me convertía casi en su esclavo, hacerle la cama por 5 revistas, lavarle sus platos por otras 5, así hasta que lograba leer las nuevas revistas intercambiadas.

Esta tortura duró hasta que un día, tal vez motivado por el coraje de que no quiso darme el pago correspondiente a alguna de las tareas a que me sometía, me senté enfrente del roperito estudiando la manera de abrirlo sin que se diera cuenta, levantando con mucho cuidado la tapa que cerraba la armella, se podían ver los tornillos que la sujetaban, sólo tenía dos de los cuatro que debería tener, jalé poco a poco pero con fuerza, tirando del candado, hasta que se fue separando el tornillo de la madera, cuando logre el espacio suficiente que me permitió meter mis dedos, comencé a desatornillar, aplicando un jaloncito con un poco más de fuerza, por fin pude sacar los tornillos, sudando, tuve acceso al tesoro, hagan de cuenta que se había abierto la bóveda del banco, saque unas 5 revistas y cerre atornillando nuevamente, cuidando de no apretar demasiado para facilitar el siguiente acceso pero lo suficiente para no ser descubierto.

Junto con mi tesoro, recuperé mi libertad, mi hermano probablemente atribuyó al enojo el que ya no mostrara interés por intercambiar trabajo por revistas y dejó de hacerlo, eventualmente me dejaba leer algunas cuando el lo hacía, pero ya las había leído gracias a mis incursiones al roperito, pero aceptaba para mantener mi secreto del acceso furtivo a las revistas.

Recuerdo también que había ocasiones en que íbamos a quedarnos a dormir a casa de mi primo Pepe para jugar con su hijo, Pepito por supuesto, nos quedábamos mi hermano y yo, mi primo tenía un tesoro todavía más grande que el de José Luis, era una pequeña bodeguita que contenía, tal vez,  mas de 1,000 historietas, literalmente me sentía como el Tío Rico nadando en su bóveda de monedas.

Hoy recordé esta bonita etapa, porque ví a mi hijo menor Fernando, leer comics por internet, vaya que han cambiado los tiempos. Les dejo la frase del día para su reflexión...

"Un gran poder trae consigo una gran responsabilidad"
Ben Parker (tío de Peter, el hombre araña)
 
 

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