El fin de semana pasado mi hijo mayor, Ricardo, cumplió 21 años, la edad en que ya es legalmente responsable de sus actos en todos los países, cabe aclarar que en México la mayoría de edad son 18 años, sin embargo la pregunta es si ¿realmente somos responsables de nuestras acciones sólo porque cumplimos 21 años?
Mi otro hijo, Fernando nació un 10 de septiembre, por razones de una instrucción de la Seceretaría de Educación (SEP), todos los niños deberían tener 6 años cumplidos al 1o de septiembre para entrar a primero de primaria, por lo que Fernando tendría que esperar casi un año completo para entrar a la primaria, es decir a punto de cumplir 7.
Como no estaba de acuerdo con esa pérdida de tiempo, realice un trámite para conseguir la autorización y entró a la edad que le correspondía, uno de los pretextos que la directora de la escuela argumentaba fue que debería tener la suficiente madurez y dudaban de que mi hijo la tuviera, finalmente la evidente madurez de Fernando, el peso de mi argumento en el sentido de que 10 días no establecían ninguna diferencia, además de que existía la posibilidad de la excepción hasta por seis meses, por estar contemplado en la ley terminó por derribar la barrera.
Ambos ejemplos hablan de lo que quiero establecer hoy, el tiempo, especialmente poco tiempo, ¿marca realmente una diferencia al respecto de cómo actuamos como individuos?, en teoría a mayor edad debemos ser mas responsables, pero al igual que 10 días no establece una diferencia de madurez a los 6 años, probablemente tampoco sea determinante uno o dos años más, el hecho de establecer una edad es con el objetivo de poner un límite legal.
La responsabilidad la vamos adquiriendo conforme asumimos la cualidad de responder por nuestros actos, lo vamos haciendo a medida que crecemos, unos más que otros debido a que hay ocasiones en que evadimos responder por decisión propia o por intervención de terceros, generalmente los padres.
Los padres tenemos la tendencia de quitarles responsabilidades a nuestros hijos y vamos formando personas que tarde o temprano no van a tener la capacidad de afrontar las consecuencias, buenas o malas de sus actos y decisiones, en nuestro afán por simplificar la vida de nuestros hijos no los dejamos que se enfrenten a un entorno desfavorable, que decidan, que se equivoquen y que afronten las consecuencias.
Siempre me pregunto si estoy cumpliendo correctamente mi rol de padre o si solamente cumplo el rol de proveedor, probablemente esa duda estará siempre conmigo, a pesar de ver que hemos criado buenos muchachos, aún falta mucho por avanzar en sus vidas y lo único que deseo es que Dios les de la sabiduría para tomar sus decisiones con certeza. La respuesta a mis dudas la tendré cuando me hagan abuelo.
Vemos a muchas personas que no actúan de acuerdo a su edad, ni responden tampoco, personas maduras pero irresponsables y muchachos muy jóvenes que han asumido tempranamente sus obligaciones con la madurez de un adulto. La edad a mi juicio no es determinante de la responsabilidad, solamente es un límite legal.
El fin de semana que le dije a mi hijo: "ahora eres el responsable de tus acciones y decisiones", me respondio: "siempre lo he sido" y tiene razón.
Les dejo la frase para la reflexión...
"La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño."
Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Participa y deja un comentario