Ayer les comentaba sobre la importancia de cerrar ciclos, de concluir con las tareas que iniciamos, especialmente cuando esos asuntos pendientes involucran a las personas que nos rodean, nuestra pareja, nuestros hijos, padres, hermanos, amigos o compañeros de trabajo.
Las relaciones humanas son sumamente complejas, y cada uno de nosotros como individuo tiene su peculiar forma de entablarlas, cultivarlas, enriquecerlas o terminarlas, es difícil hablar de fórmulas universales de aplicación general para todos. Sin embargo, el objetivo que este blog tiene es identificar pequeñas oportunidades de mejora que nos ayuden.
Hemos hablado de la fórmula PERMA de la felicidad y entre ellas está la de entablar relaciones positivas, personas que tengan una influencia positiva, que con su cercanía me hagan sentir emociones positivas, amor, amistad, caridad, generosidad, diversión, orgullo, etcétera. Hay personas que surten el efecto contrario y es donde debemos ir cerrando esos ciclos negativos de rencor, envidia, soberbia, tristeza, etcétera.
Hay un ejercicio que hizo un facilitador en un curso que es muy drástico pero muy aleccionador, piensen que solamente les queda un día de vida, ¿qué harían?,¿a quién llamarían?, ¿a quién visitarían y que le dirían?.
Una vez que hagan esa reflexión, anótenlo en una lista y háganlo como si de verdad les quedara sólo un día de vida, esa lista son los ciclos que tienen pendientes de cerrar, la cercanía de una temporada que despierta un torrente de emociones da el argumento perfecto para tener ese acercamiento que se quedó congelado en el olvido.
Cuando observamos a nuestro alrededor, cuando profundizamos un poco conociendo más a la gente que nos rodea, nos llevamos sorpresas tales como hijos que tiene años sin hablar con su madre, su padre o ambos, hermanos que se odian como enemigos, esposos que viven juntos pero tienen años sin decirse una palabra de cariño, amigos de la infancia que jamás se han vuelto a ver.
Esas relaciones tienen saldo pendiente, no permiten construir nuevas y sanas relaciones porque recurrentemente te recuerdan situaciones, vivencias, experiencias dolorosas y te impiden dar generosamente, pones barreras y tratas de protegerte con escudos de desconfianza.
Vivan cada día como si fuera el último, no en el sentido de la lista de cosas que quiero hacer antes de morir como tirarse de paracaídas, sino en el sentido importante, de mis sentimientos y emociones, cuando amo, cuando perdono, cuando soy generoso, cuando soy caritativo, el que más recibe soy yo. Que tu lista de pendientes se termine con el año, seguramente eso te hará más feliz que ayer.
Como siempre les dejo mi reflexión en una frase...
"Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un ¨te quiero¨, siempre habrá un amigo."
Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.
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