Generalmente comentamos la importancia de las emociones positivas en el abono a la cuenta personal de la felicidad, sin embargo es importante hacer énfasis en las consecuencias físicas de las emociones negativas con la intención de evitarlas, una de estas emociones y diría que la más común es el enojo, que puede ir de una irritación simple, hasta la ira.
El enojo es una respuesta fisiológica a una amenaza, por eso el cuerpo entra en un nivel de estrés en donde se dilatan las pupilas, se tensan los músculos, se secreta adrenalina y cortisol, se eleva la presión arterial, el corazón late aceleradamente y pone a todo el organismo en alerta.
Como dije el enojo es una respuesta, pero está más relacionada con el miedo, en el fondo una persona enojada tiene temores subyacentes, el problema es cuando estas respuestas son tan constantes que el nivel de estrés que genera el enojo, se vuelve crónico. Cuando esto sucede, el cuerpo comienza deteriorarse, los niveles de glucosa en el cuerpo se alteran permanentemente y puede provocar la diabetes, puede causar constantes elevaciones de la presión que detonen en infartos cerebrales, las arterias se endurecen y pueden causar también infartos cardíacos.
Hay personas para quienes no es fácil controlar esta emoción negativa,
explotan a la menor provocación, tienen "la mecha corta",
sobrereaccionan, les cuesta trabajo calmarse, se mantienen enojados todo
el día, todo les molesta, abusan del sarcasmo y de la burla, usan las
palabras para ofender, suelen caer en excesos de alcohol o drogas.
El enojo en apariencia inofensivo puede ser un enemigo mortal, pero no solamente el efecto es a nivel físico, los daños colaterales se extienden a nuestras relaciones, las reacciones agresivas van degradando la calidad de nuestras relaciones y van dejando cuentas pendientes por saldar.
Cuando eres presa del enojo no puedes contener las palabras, el daño que hace una frase que no querías decir, a veces es irremediable, me recuerda esa analogía de la persona que estaba arrepentida de lo que había ofendido a los demás, le preguntó a un sabio como lo podía remediar, el sabio le dijo que tomara una bolsa con plumas y depositara una pluma en la puerta de cada persona que ofendió y que después las recogiera una por una, esta persona le respondio: "es imposible", el sabio le dijo: "así también es imposible recoger las ofensas".
Las causas que detonan el enojo pueden ser diversas, sentirse atacados o lastimados, física y/o emocionalmente, ignorados, rechazados o excluidos, engañados, acusados injustamente, frustrados ante la imposibilidad de lograr lo que deseamos, en fin, muchas causas, lo importante es identificarlas y pasar rápidamente estas emociones a modo positivo, no es fácil, una vez más nos remite al inicio de todo proceso de mejora personal, el conocimiento de nosotros mismos.
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"La risa nos mantiene más razonables que el enojo."
Duque de Levis (1755-1830) Pedro Marcos Gastón. Escritor francés.
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