viernes, 24 de octubre de 2014

El crédito

Desde muy pequeño tuve la ilusión de tener mi propia casa, como siempre vivimos en departamentos y algo apretados, soñaba con tener mi propia habitación, recuerdo que mi Papá compraba una revista que se llamaba "Jueves" del periódico Excelsior, al final de ésa revista en la parte interior de la contraportada publicaba un diseño arquitectónico de casas de diferentes tipos, me gustaba verlas e imaginar que algún día podría vivir así.

Mi generación vivió las crisis de la década de los 80's y 90's, la inflación era tan grande que lo mejor era gastar el dinero y comprar rápidamente, porque si esperabas una semana te salía más caro, el sueño de tener una casa se veía realmente lejano, era muy difícil juntar el capital y no había instituciones financieras que prestaran dinero para un crédito hipotecario, los únicos privilegiados eran los empleados bancarios que tenían ése beneficio como prestación.

Otros privilegiados eran los que podían conseguir un financiamiento del INFONAVIT, aunque las casas no eran precisamente de las mejores, permitía que te pudieras hacer de tu propia casa, el problema es que estaba muy limitado y como siempre, la corrupción permitía que la selección de los acreditados no fuera equitativa, además que tampoco era expedita.

Comencé a trabajar desde una edad muy temprana, pero el deseo de tener mi casa revivió cuando tuve mi primer empleo después de graduarme, ya casado y que comenzamos nuestra familia. Al igual que muchos matrimonios jóvenes lo hicimos rentando, pero con la ilusión de algún día poder adquirir nuestra casa, sin embargo, eran elevadísimas las tasas que se cobraban por un préstamo hipotecario, que apenas comenzaba a ofrecerse en los bancos recién privatizados después de la nacionalización.

Por aquellos días, comencé a establecer mi historial crediticio, sabía que tarde o temprano podrían estar en condiciones favorables para tener un crédito hipotecario, pero era importante tener buen antecedente, mi primera tarjeta de crédito fue el inicio, después una tarjeta de una tienda y así poco a poco, cumpliendo los compromisos, fue subiendo el límite autorizado.

Para cuando fue más accesible la tasa de interés, había logrado un sólido historial que me ayudó a que se me otorgará el crédito hipotecario rápidamente y pude comenzar a formar nuestro patrimonio y la casa donde vivimos, tal vez no es la casa de mis sueños infantiles pero es muy cercana y vivimos muy a gusto.

Se preguntarán ¿Porqué todo este antecedente?, porque quiero hablar de la importancia que tiene, financieramente hablando, contar con un buen historial crediticio, pero no solamente para ser sujeto de crédito, sino para hacer crecer el patrimonio, porque se puede ser sujeto de crédito pero no saber aprovechar las ventajas que te da el financiamiento, terminas pagando más y los únicos beneficiarios son los bancos o las casas de empeño. 

Las finanzas personales son también un tema de mejora, la estabilidad que da el tener cubiertas tus necesidades básicas con la mayor tranquilidad, te da la serenidad para asumir el resto de tus retos.

La próxima semana quiero comenzar una pequeña serie de reflexiones y recomendaciones en torno a este tema, así que por hoy te dejo una reflexión para meditar durante el fin de semana:
 
"A menudo se juzga a los hombres por el crédito de que gozan o por las riquezas que poseen."
François de La Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.



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