miércoles, 29 de octubre de 2014

El Monte de Piedad

Entre los recuerdos de mi infancia está el acompañar a mi madre en una fila en el Monte de Piedad, el edificio que albergaba esta institución en Puebla era antiguo, ubicado en el centro de la ciudad, recuerdo que las ventanillas de atención tenían un marco de madera y unos barrotes de balcón antiguo, el piso era de losa de piedra, maltratada por el tiempo, había un olor característico a cosas guardadas.

El Monte de Piedad era dónde mi madre financiaba sus apuros económicos, siempre tuvo una alhaja que empeñar, creo que aún lo hace. 

En esta pequeña serie en torno al crédito quiero incluir el que es una de las principales fuentes de financiamiento de la gran mayoría de personas que no tiene acceso a los bancos: las casas de Empeño. Durante muchos años la única que funcionaba era el llamado "Monte de Piedad de Vidal Ruiz", que tiene sus orígenes prácticamente desde la época de la colonia, hoy se multiplican en todas la ciudades.

Las casas de empeño no son un financiamiento barato, cobran un interés del 3% mensual o sea un 36% al año, además de que el avalúo, lo que es la base del préstamo se fija alrededor del 40% del valor del artículo que se deja como garantía, normalmente se presta a un plazo de 90 días, con la oportunidad de pagar intereses cada mes, se tiene derecho a pagar hasta tres refrendos y ampliar el plazo por otros 90 días antes de perder la pieza empeñada. Siempre fue una opción, rápida y útil para los momentos de urgencia. 

Las casas de empeño son también una opción para conseguir buenos artículos usados y alhajas antiguas a muy buenos precios, hay personas que se dedican a comprar para revender. Normalmente lo que se pone en exhibición son los artículos que no pudieron rematarse, el remate es una especie de subasta donde se ponen a la venta del mejor postor los artículos que no fueron recuperados al vencimiento.

El precio límite al que se vende una pieza en el remate, es el valor que asignó el valuador, si hay más personas más interesadas, sube la puja hasta que uno ofrece una cantidad que nadie más ofrece, se adjudica el artículo y el Monte de Piedad recupera el dinero más una ganancia, que teóricamente va a la asistencia pública.

Si no hay personas que paguen la cantidad que el valuador fijó al momento del empeño, pasa a la exhibición y se le va bajando el precio cada mes, el diferencial entre lo valuado y el precio vendido es cobrado al valuador para recuperar lo invertido.

No estoy seguro si el Monte de Piedad en Puebla sigue ocupando el mismo edificio de mis recuerdos, de lo que si estoy seguro es que gracias a esta Institución, en muchos de los días de mi infancia hubo alimento en la mesa.

Por hoy les dejo la frase para la reflexión
"Si quieres conocer el valor del dinero, trata de pedirlo prestado."
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.


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