Esta semana quiero hablar de las madres, en México se celebra el 10 de mayo el día de las madres, nació como una idea comercial y se ha institucionalizado, en otros países se celebra el segundo domingo de mayo. Lo primero que uno piensa es porqué tendría que celebrar sólo un día a las madres y olvidarlas los 364 días restantes.
Quiero comenzar esta serie como suelen comenzar las cosas, por el principio: el privilegio de ser madre, no todos los seres humanos podemos hacerlo, sólo las mujeres, si bien se requiere la participación de ambos, una vez que la vida comienza a crecer en el vientre materno, eso es exclusivo y sólo lo pueden sentir las mujeres.
Esa sensación es algo que no podré describir nunca porque estoy imposibilitado para hacerlo, solamente quien ha sido madre lo podrá hacer, estoy seguro que le faltarán las palabras pero saben exactamente de que se trata. Humildemente solo puedo describir desde mi punto de vista de espectador, partamos del supuesto general de que el hijo que se espera es deseado, amado y esperado por sus padres, hay 9 largos meses que vistos en retrospectiva son muy rápidos, con esa dualidad que da la relatividad del tiempo.
Durante el primer trimestre seguramente habrás tenido náuseas, cambios de humor derivados del descontrol hormonal que tiene el cuerpo, puedes ver que tu ropa comienza a ajustarse o que definitivamente no te queda, hay ocasiones en que no soportas a tu esposo cerca y otras donde necesitas que te abrace, supongo que en tu mente comienzas a imaginar cómo será tu bebe y que nombre le pondrás, lo imaginas con la imagen de tu esposo y comienza a crecer la ilusión.
En el segundo trimestre las molestias iniciales han pasado, dicen que es la mejor etapa del embarazo, el bebé en el vientre sigue creciendo pero no es incómodo aún, te da mucha hambre y te das el lujo de comer un poco de más y de darte tus antojos, ya percibes movimiento, es probable que si prestas atención tengas respuestas a tu tono de voz, comienza a tener periodos de actividad y periodos de descanso que se van sincronizando con los tuyos, las hormonas han dejado de jugar con tu estado de ánimo pero sigues desconcertando a tu esposo de vez en vez.
El último trimestre suele ser más incómodo, ya no encuentras posición que te acomode, ya comienzas a sentir los estragos del peso adicional y te sientes un poco más fatigada que de costumbre, duermes más pero lo haces a intervalos cortos, pareciera que te estás preparando para el horario de la lactancia, los movimientos de tu hijo se hacen mas insoportables, o te lastiman o te provocan ganas de ir al baño. Pero también en esta etapa hablas más con tu bebe, sabes que te escucha porque reacciona en tu vientre, parece que ya identifica las voces familiares, si lo hiciste de manera habitual, reconoce la música que le gusta.
Y por fin llega el día esperado, te conviertes en madre, este evento es cada vez más programado que inesperado, la tasa de cesáreas, el procedimiento quirúrgico para adelantar o programar el nacimiento de los niños se ha elevado notablemente, gracias a la promoción de los ginecólogos que prefieren la comodidad de los horarios a lo impredecible e inoportunos que algunos niños son.
El parto es doloroso, está comprobado que las mujeres tienen un umbral de dolor más amplio que el de los hombres, están diseñadas genéticamente para soportarlo, afortunadamente existen muchos métodos para reducir el dolor y facilitar el parto, algunos incluso muy poco ortodoxos.
El momento en que tienes a tu hijo en brazos es indescriptible, es tal vez el momento que puedo compartir como hombre, la emoción de conocer a tu hijo te provoca una felicidad tan grande que te dan ganas de llorar, de reír, ves a tu hijo encontrando los rasgos que te hicieron enamorarte de tu esposo, lo hueles, cierras los ojos y sientes cómo te inunda el amor y das gracias a Dios por su grandeza y por darte la dicha de ser madre.
El milagro de la vida se dio en tí, fuiste receptáculo del amor y un instrumento de Dios para continuar su obra, el mejor regalo para una Madre, es poder serlo.
Como siempre les dejo una frase para la reflexión...
"El niño reconoce a la madre por la sonrisa."
Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.
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