martes, 11 de marzo de 2014

Experiencias de vida, forjan al líder

Ayer comentábamos al respecto del dilema si el líder nace o se hace, como lo expliqué es una combinación de ambos factores y seguramente uno será predominante en el otro, es decir hay líderes que en apariencia no nacieron con las características y atributos que hacen destacar a un líder pero vivieron experiencias traumáticas y exigentes que lo proyectaron en su liderazgo; o bien, su personalidad siempre resaltó en aspectos de liderazgo aunque no necesariamente vivió situaciones extremas.

Pero ¿qué es una situación extrema?, probablemente pienses en primera instancia en situaciones que ponen en riesgo la vida, que obligó a la persona a tomar decisiones o a realizar actividades que no hubiera tomado en situaciones normales, pero no necesariamente son casos de vida o muerte, sino hechos que demandaron poner al límite las propias capacidades.

Estas situaciones o experiencias de vida tienen la magnitud de acuerdo a la persona, el hecho que se enfrenta, las consecuencias y resultados, lo que para un niño de primaria puede ser una situación extrema enfrentar el bullyng en la escuela, para un adolescente es enfrentar una decepción amorosa, o para alguien puede ser la pérdida de un ser querido o la pérdida del empleo.

Cuando vemos en esa dimensión las cosas, también ponemos en la misma dimensión las características que destacan el liderazgo de personas comunes y corrientes como nosotros, no necesitas ser un héroe de fama mundial, ni dirigir una nación o transformar radicalmente una forma de pensar para poner a prueba tu liderazgo.

Hablaba que para ser líder se requieren seguidores, pueden ser tus hijos, compañeros de trabajo, tu grupo de amigos, tus vecinos, las personas con las que convives en la Iglesia, cualquier persona a quien puedas influir positivamente está en condiciones de seguirte, de cambiar, de mejorar aunque sea una pequeña parte cada día.

Cómo reaccionas a tus experiencias de vida, positiva o negativamente, que haces para transformar positivamente tu vida e influenciar a los demás, vas por la vida lamentándote o actúas y aprendes de lo que te pasó, cuando lo haces inspiras a los demás, si logras que más personas cambien como tú lo has hecho, entonces estás comenzando a ser líder, tus argumentos apoyados en las acciones transformadoras son mas contundentes que sólo las palabras. No hay poder más influenciador que el del ejemplo.

Un buen líder no pide a su equipo o a sus seguidores nada que él mismo esté dispuesto a hacer, las experiencias de vida demuestran lo que has hecho y la manera en que lo has hecho, es por eso que se convierte en factor común y muy importante de cualquier estilo de liderazgo. No se puede vivir ni experimentar oculto en un rincón, sólo se logra enfrentando las situaciones y también cometiendo errores en el intento, solamente no se equivoca quien hace nada.

Como siempre les dejo la frase para la reflexión...
"Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera."
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Participa y deja un comentario