Recapitulando, les comentaba que en una encuesta a varios directivos de empresa destacaron 10 competencias que hacen un liderazgo fuerte, eran las competencias más valoradas y consideradas fundamentales. La 6a competencia a desarrollar para fortalecer el liderazgo es la integridad, el ser íntegro, tener sólidos valores éticos.
En algún lado leí que ser íntegro es hacer lo correcto aunque nadie te vea, el ser íntegro implica que los valores con los que te riges tienen un alto contenido ético, moralmente adecuados, valores como la honestidad, el respeto, la tolerancia, la verdad, la congruencia marcan significativamente las decisiones que tomas y las acciones que llevas a cabo.
Una persona integra siempre tomará las decisiones basado en sus principios, por ejemplo, si tuviera que tirar desechos tóxicos en un río por una orden de sus jefes, esa persona no lo permitirá, preferirá renunciar antes de cumplir esa orden, incluso denunciará ante las autoridades el ilícito.
Cada día el entorno se hace más agresivo, en las empresas las luchas de poder se convierten en verdaderas batallas campales y suelen salir mejor librados a veces quienes tuercen su valores morales tratando de conseguir los beneficios personales ya sea económicos o laborales, sin embargo las personas íntegras eligen otras opciones, luchan permanentemente por que la verdad salga a flote, trabajan intensamente y con su ejemplo arrastran hasta formar la "masa crítica" que permite romper las inercias negativas y transformar el entorno con base a valores sólidos, se hacen líderes transformacionales.
Las compañías gastan fortunas en diseñar y definir su misión, visión y valores, pero no en todas las organizaciones se viven, se olvidan que son las personas las que dan vida a estos enunciados estratégicos y para que los valores hagan sentido en la gente, deben estar perfectamente alineados los valores institucionales con los valores individuales de quienes forman la organización.
Las organizaciones con valores éticos generalmente forman equipo con personas integras, quienes tienen la fortuna de trabajar en ellas, disfrutan su trabajo, desarrollan esta competencia y se vuelven referente de la industria en que participan.
La familia debe ser la primera organización preocupada en establecer esos valores, como padres tenemos la responsabilidad de transmitirlos a nuestros hijos, la mejor manera de hacerlo es vivirlos. Muchas veces me he preguntado si no estoy dejando en desventaja a mis hijos llenos de valores ante un México con vicios arraigados de corrupción, las mismas veces me he contestado que tiene que haber alguien que establezca la diferencia y le ponga un alto a esas prácticas ojalá les toque a ellos.
Estoy seguro que así como yo hay miles, tal vez millones que están haciendo y pensando lo mismo, tal vez pronto podamos ver un país más justo, más honesto y menos corrupto. La pelota está en nuestra cancha.
Como siempre les dejo la frase para la reflexión...
"La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones."
Juvenal (67-127) Poeta satírico romano.
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