viernes, 21 de marzo de 2014

4a competencia para el liderazgo: Empowerment

En el lugar número 4 de las 10 competencias a desarrollar un liderazgo fuerte está el Empowerment, es un anglicismo que tiene como significado empoderar, si permiten la expresión, es facultar, dar la autoridad a alguien, puede ser interpretado como un sinónimo de delegar. En pocas palabras es dar facultades a los colaboradores para realizar sus funciones.

Un buen líder debe saber delegar, dar facultades, esta capacidad requiere que el líder tenga la confianza de que las tareas pueden ser realizadas por otras personas, tener la humildad de reconocer que incluso pueden ser realizadas mejor por otras personas y dejar que lo hagan.

El problema es que muchos interpretan, erróneamente, que para que una tarea se haga correctamente debe ser hecha por el líder, sea de un proyecto, de una unidad de negocio, de un evento familiar o de la propia familia. 

Cuando hablo de delegar, me gusta platicar el pasaje bíblico del centurión, perdón si a alguien ofende trivializar algo que tiene que ver con la religiosidad, sin embargo clarifica mucho el concepto, es el pasaje donde un centurión acude con Jesús y le dice que tiene un criado, a quien le tiene mucho afecto y que está gravemente enfermo y le pide que lo sane, Jesús le dice que lo lleve a su casa y el centurión le responde que no es digno de que entre a su casa y que una palabra bastará para sanarlo, le dice a Jesús que el comanda a 100 hombres y si le dice a uno que haga esto o lo otro, va y lo hace y no necesita verlo para saber que se hará, Jesús le dice que no ha visto fe mas grande y que eso ha curado a su criado.

La confianza en las personas de esa manera casi mística, como la fe es uno de los factores del facultamiento, de la delegación o del empowerment, se debe confiar en las capacidades y en las habilidades de los integrantes del grupo, si no son suficientes hay que desarrollarlas y dar la autoridad para resolver.

Otro ejemplo más mundano, es la manera como se resolvieron los problemas de servicio en las Aerolíneas Escandinavas por Jan Carlzon, quien identificó que cada contacto con el cliente era un momento de verdad  y facultó a los empleados a resolver los problemas, invirtió la pirámide jerárquica y dio el poder a los empleados que estaban ante el cliente para solucionarlos.

Traduzcamos a nivel familiar este empoderamiento, como padres cometemos el error de solucionarles los problemas a nuestros hijos, los hacemos dependientes, tenemos que ayudarles a que encuentren por sí mismos las respuestas, que cometan sus propios errores y asuman sus consecuencias, hay que impulsarlos a que desarrollen sus habilidades con confianza y apoyo, pero dejarlos que lo hagan solos.

Un buen líder faculta a sus colaboradores y con esto les facilita el desarrollo y el crecimiento, la mejor manera de aprender es haciendo.

Les dejo la frase para la reflexión...

"Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer."
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego
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