martes, 31 de diciembre de 2013

Las enseñanzas de Don Miguel

Ayer fuimos de paseo a Santa Ana Chiautempan en el estado de Tlaxcala, la visita fue con la intención de comprar muéganos, un dulce regional que es a base de pequeñas galletitas bañadas en miel de piloncillo que son pegadas en una tira de papel del llamado de estraza.

La tradición de comprar muéganos la recuerdo de mi Padre, creo que ya lo hacía desde que acompañaba a mi abuelo, ya que él era originario de este pintoresco pueblo tlaxcalteca. De la familia, quien ha sido el más fiel a la tradición de comprar estos dulces es mi hermano mayor, Matías, tanto lo ha sido,  que hoy su hijo, el primer nieto de mi padre, también lo hace con frecuencia por lo que podemos decir que ya son 4 generaciones.

El propietario de este negocio es Don Miguel, tiene 94 años y ayer tuve la oportunidad de conversar con él, Don MIguel es un pequeño hombre, moreno, de sonrisa franca, fuerte, de ojos pequeños pero vivaces, no se ve de la edad que tiene, bajó sin ninguna ayuda las escaleras que van de su habitación al pasillo que lleva al área de la panadería. Bajó a saludar a los clientes que preguntaron por él a su hijo Fidel, quién no dejaba de trabajar en la preparación de pan, metiendo y sacando charolas del enorme horno dispuesto en uno de los ricones de la panadería.

Al hacerle la referencia del apellido de la familia dijo no recordarlo, lo atribuyó a a que ha pasado mucho tiempo, aún así fue una amena charla de unos 15 minutos, de esta conversación me quedo con las siguientes enseñanzas:

Disfruta el trabajo, hasta el día de hoy Don Miguel vende muéganos en el puesto que tiene en el centro, aunque ya no lo hace todo el día como solía hacerlo, ni es él quien los prepara, no falla en acudir todos los días, nos comentó que el trabajo es lo que lo mantiene sano y sin dolerle nada, cuando estás ocupado, nos dijo, tus músculos se mantienen fuertes y tu mente ágil.

Predica con el ejemplo, Si alguien tiene calidad moral, es Don Miguel, seguir trabajando a los 94 años, disfrutando lo que se hace, es el mejor ejemplo para sus hijos y nietos quienes laboran diariamente en la panadería.

Disfruta la comida, Don Miguel disfruta de la comida y de la bebida, desde hace muchos años no bebe alcohol, ya no le gusta, además, nos dijo, los amigos de bebida se han ido muriendo, ya no queda ni uno. Pero eso sí, come de todo, aunque poco porque dice que se llena pronto. 

Mantén siempre el optimismo. La manera como Don Miguel platica, se mueve, se ríe y trabaja está llena de optimismo, incluso la manera como habló de la muerte me pareció la de un hombre agradecido y contento con la vida. Yo no sé cuánto tiempo esté en este mundo terrenal, pero si llego a la edad de Don Miguel, quisiera tener su fuerza, claridad mental y actitud ante la vida. 

La herencia que ha dejado a sus hijos es la de un oficio que también está trascendiendo generaciones, mis hijos siempre me han acompañado cuando vamos por muéganos, les encanta este rico antojito, probablemente, dentro de algunos años irán con sus propios hijos, platicarán, al igual que lo hago ahora, que van desde chicos, que conocieron a Don Miguel, a su hijo Fidel, conversarán y recordarán mientras compran, y será entonces la quinta generación. Eso es tradición.

Gracias a Carlos, mi hermano quien me dijo, "ya se de que tratará tu blog mañana", tuviste razón.

Les dejo una frase para la reflexión...


"El que no da un oficio a su hijo, le enseña a ser ladrón."
Proverbio turco





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Participa y deja un comentario