lunes, 23 de junio de 2014

No hay nada como una victoria

No puedo dejar de escribir del triunfo de hoy de la selección mexicana de futbol, quiero comenzar con un retwitt que recibí: "Me gustan los empates que saben a gloria, pero no hay como la victora". El triunfo de hoy es un ejemplo.

El juego lo vimos en la oficina, era imposible evitarlo de no haberlo hecho hubiéramos tenido un alto ausentismo, es lo que mueve un partido de la selección y estoy seguro que esta escena se repitió en muchos centros de trabajo.

Comenzamos a ver el partido con los nervios propios de quienes confían en que se dará el resultado pero desconfían de los hilos negros que el destino juega en contra, ya lo hemos platicado en este sitio, sin embargo algo en el ambiente, además de que se contaba con la ventaja del empate, incrementaba la confianza.

Se sintió un partido tenso, duro, forcejeado, como cuando dos personas juegan a las vencidas y suspenden sus puños en el medio de la mesa sin que ninguno pueda mover un ápice al otro, el único movimiento es el temblor de los puños que la tensión de fuerzas en sentido opuesto provoca, el sudor y los dientes apretados durante los primeros 45 minutos. En el primer tiempo hubo un par de jugadas que auguraban el resultado, un disparo al poste que estuvo a punto de meterse en el ángulo y una jugada que puso al "cepillo" Peralta frente al arco y que se desperdició al golpear antes del remate con su pie izquierdo.

Cada tiro de esquina o jugada a balón parado era de peligro de gol, los remates de cabeza eran la fortaleza de los croatas, pero en todas las oportunidades fueron bien defendidos por un equipo mexicano que parecía multiplicarse en el campo, solo dos jugadores parecían moverse a diferente revolución, Layún y Gio fueron una sombra de los partidos anteriores, aunque cumplieron en parte su cometido.

El segundo tiempo y una nueva falla arbitral despertó esos temores del pasado, imposible que no haya visto las manos del defensa croata a un tiro de Guardado si detuvo el camino del balon como portero, una vez más fuimos apuñalados por el árbitro. Eso encendió el ánimo, comenzó una oleada verde que abrumo al equipo europeo y comenzó a evidenciar el cansancio, el lenguaje corporal de los croatas tomándose la cintura por la espalda después de perseguir el balón indicaba que algunos necesitaban más tiempo para reponerse, la estamina se les estaba agotando.

Era cuestión de tiempo y llegó con "una sopa de su propio chocolate" una jugada a balón parado en la cual Rafa Marquez quedo sólo sin marca y rematando de cabeza a la base del poste hizo explotar la emoción contenida durante casi 75 minutos,  una vez el mensaje vino del técnico y con cambios ofensivos dejo claro que no se iba a conformar.

Todo fue cuestión de tiempo, un brillante contragolpe culminado con una excelente jugada en la cuál Chicharito jala la marca y deja solo a Guardado quien de zurda fusila al portero croata para el segundo gol: Despues una jugada de pizarrón, ensayada muchas veces, en un tiro de esquina a primer poste, Rafa peina el balón y Chicharito a segundo poste remata solo para el tercer gol, después de casi un año sin anotar con la selección, era un contundente 3 a 0, la imagen del entrenador croata lo decía todo, tenía que tragarse sus palabras, el equipo mexicano habló en la cancha.

La confianza hizo que se bajara el ritmo y llegó un gol que dio la impresión de una jugada en cámara lenta, el delantero croata cambió de velocidad y entró al área para fusilar a Ochoa que nada pudo hacer, despues de 266 minutos sin recibir gol. La historia no cambio y México se clasificó nuevamente a la siguiente ronda por sexto mundial consecutivo desde 1994. Ahora por el pase al quinto partido contra Holanda, seguimos soñando.

Mientras tanto la frase para la reflexión...


"La victoria es por naturaleza insolente y arrogante."
Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
 
 

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