"Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen, por este día, los muertos, de mi felicidad".- Pequeña serenta diurna / Silvio Rodríguez.
Hoy Dios me concede la gracia de cumplir un año más y no tengo más que agradecerlo, soy feliz como dice la canción de Silvio, tengo una mujer que amo profundamente y que me ama sin restricción, soy una persona afortunada por haber encontrado mi complemento perfecto, amor, amiga y amante, compañera de viaje de una travesía llena de aventuras, tengo dos hijos que son mi orgullo, que replican como espejo mis defectos y virtudes que heredaron de mis genes y prolongan mi estirpe por lo menos una generación más.
Tengo seis hermanos que me quieren cada uno a su modo, en cantidad y calidad, que son ampliamente correspondidos, que han sido y son ejemplo y modelo de vida, tengo la fortuna de tener a mi Madre quien vierte su amor en versos octasílabos o alejandrinos y cuya mayor herencia para mí es su habilidad para la poesía. Tengo una gran familia, cuñados, concuños, tíos, primos y sobrinos que a la distancia alimentan mis recuerdos y me dan sentido de pertenencia.
Tengo amigos que aunque veo de vez en vez, están conmigo en mis recuerdos y al alcance de un llamado por ayuda, construimos día con día la amistad, compartimos, disfrutamos, nos reimos, comemos y bebemos, la alegría de la amistad se multiplica. A los más cercanos me une el compadrazgo, la hermandad de compartir la responsabilidad de los hijos, pero también su cariño.
Disfruto de los placeres sencillos de la vida, como cocinar las cosas
que me gustan, ver programas de cocina y de chefs, ahora que hay tantos,
compartir los alimentos con amigos o con la familia. Disfruto también de un buen vino, no por caro si no porque me gusta, tomar una taza de café por la mañana sentir el sabor intenso que despierta mis sentidos, un tequilita de vez en cuando, o cerrar una comida con un digestivo.
Comer lo que me gusta, todavía, sin tantas restricciones, comer mis platillos favoritos, cumplirme algún antojo, disfrutar un buen postre, una natilla que me lleve a mi infancia, una zapotada, el pay de piña de otros cumpleaños, un pastel de chocolate, macarrones, gaznates o galletas de Sta. Clara, pasteles de todos los sabores y colores, rebanadas y pequeños mordiscos de felicidad.
Me gusta leer y me gusta escribir, lo hago todos los días y llena mi vida de momentos que recordar, las palabras fluyen como el agua cristalina de un río y no se detiene, las palabras se convierten en cómplices y compañeras de aventuras. Ver películas, reir y llorar cuando así lo amerite, liberar las emociones que se guardan tras la razón, descubrir los sentimientos que harán materia de los versos o la prosa.
Ver deportes, un buen partido de futbol, soccer o americano, sufrir con mis equipos y alegrarme cuando ganan, ver la serie mundial pensando en mi Papá y recordando sus anécdotas, ver los resumenes de la repetición de los partidos repetidos, solo para imaginar qué hubiera pasado si no hubieran perdido, tal vez hubieran ganado, ¿no creen?.
Bailar con Mary, salir de viaje, manejar y ver el amanecer en carretera, pasear, caminar bajo el sol, o la lluvia, una playa, una siesta por la tarde, un helado, una paleta de vainilla cubierta con chocolate, tomar agua cuando tienes sed, comer cuando tienes hambre, besar, abrazar, reir, rezar, agradecer, cuantas cosas por vivir y disfrutar.
Soy feliz porque a pesar de mis grandes debilidades humanas, la misericordia de Dios me tiene reservado un lugar junto a él. Gracias Padre Dios por tu bondad.
Soy feliz y por hoy quiero compartir contigo mi felicidad..., piénsalo porque también eres feliz y tal vez, no te has dado cuenta.
"La felicidad que se vive deriva del amor que se da."
Isabel Allende (1942-?) Escritora chilena.
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