El título de hoy es el título en español de una película que ví el fin de semana pasado que en ingles se tituló "My sister's keeper", si no la han visto se las recomiendo ampliamente aquí les dejo la liga del trailer: https://www.youtube.com/watch?v=WEyCq6jaUsE, como siempre no les voy a quemar la trama, solamente a comentar lo esencial que me permite abordar el tema del blog.
La película aborda un dilema moral, ante una enfermedad terminal, ¿qué actitud debe tomar la familia?, ¿hasta donde el amor justifica las acciones que llevamos a cabo o las decisiones que tomamos?, ¿podemos tomar las decisiones con respecto a nuestra vida, a nuestro cuerpo?
Actualmente es más común que las mascotas formen parte de la familia, cuando la mascota se enferma y ya no tiene remedio, la recomendación del veterinario es dormirla para evitar su sufrimiento, hay incluso servicios muy especiales para este dificil trance y hacerlo menos traumático para todos, pero esa obra de caridad no es aceptable para un ser humano, la religión que profeso incluso la prohibe.
Hace algunos blogs cuando tocamos el tema del suicidio de Robin Williams cuestionábamos si se es tan valiente para tomar la decisión de quitarte la vida o tan cobarde de no afrontar una profunda depresión o de pedir ayuda, ¿que deben hacer las personas que rodean a alguien que sufre algo así?, ¿qué deben hacer cuando la enfermedad es terminal?, ¿dejarlos morir es una muestra de amor?
Las pérdidas provocan un duelo, aunque no sea la muerte de un ser querido, la ausencia, terminar una relación, romper un objeto preciado, simplemente perder algo causa esa sensación y se tiene que pasar ese proceso de duelo que va de la negación, a la resignación y a la aceptación. A veces un proceso prolongado de una enfermedad hace que el duelo sea más corto ya que se está preparando durante el proceso mismo a la pérdida y por consiguiente se da más rápido la aceptación.
Cuando la pérdida es repentina e inesperada, este proceso puede ser muy tardado, muy traumático, especialmente si rompe el ritmo natural de la vida, hay una palabra para describir a quien pierde a un padre, se le llama huérfano, a quien pierde un esposo o esposa se le llama viudo, pero no hay una palabra para quien pierde un hijo.
La película deja una reflexión al verla, muchas de las preguntas que aquí plasmo no las puedo responder, son aspectos que requieren de una meditación personal, solo pido a Dios que nos libre de algo así.
Una disculpa por ponerme escatológico, solamente que me quedé pensando en que nunca podrás estar lo suficientemente preparado para una eventualidad de esta naturaleza, cuando lo racional pierde su eficacia, es cuando surge lo espiritual, la religión, el acercamiento a Dios es lo único que nos puede ayudar a afrontarlo con entereza, nuestra debilidad humana no es suficiente.
Te dejo la frase para la reflexión...
"Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza."
Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Escritor español.
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