Mis amigos, les he platicado de mi Padre y de mi Madre, completan la formación de mi persona mis hermanos, son nada más seis, todos vivos a Dios gracias; bueno, unos más vivos que otros, pero así sucede en todas las familias.
De lo que más recuerdo eran los desayunos del domingo, cuando llegamos a estar todos, exprimir interminables naranjas, huevos a la mexicana, frijoles, leche y pan en cantidades industriales, definitivamente el milagro de la multiplicación obraba en la casa esos domingos.
De mi hermano mayor Matías, tengo el recuerdo de una larga caminata después de convalecer de tosferina, tal vez tenía nueve años, nos llevo a mí y a mi hermano Gerardo, 2 años menor que yo caminando a los fuertes, lugar turístico de Puebla donde se libro la batalla del 5 de mayo; nos llevó caminando con el argumento de que si ahorrábamos lo del pasaje compraríamos unas mandarinas. Y así fue, todavía me acuerdo de ese sabor dulce y la frescura que saciaron mi sed y mi apetito, lo que no nos dijo es que habíamos gastado también el pasaje de regreso y también lo tuvimos que caminar, fue uno de los remedios del médico que iniciaba su carrera.
De Carlos mi hermano, tengo el recuerdo de una navidad, después de no verlo durante mucho tiempo porque estaba trabajando en México, me trajo un suéter que rápidamente se convirtió en mi favorito (era el único propio, los demás eran heredados o para la escuela), admiraba a mi hermano que tan joven había logrado ser tan exitoso, viajaba, tenía carro y dinero. Esa admiración perdura hasta ahora, tiene la vocación de la profesión que eligió, y lo mas importante el talento.
De José Luis recuerdo siempre su don de caer bien a la gente, ese don lo acompaña con una estrella llena de buena fortuna. Lo recuerdo en mi niñez cuando nos ponía a boxear a Gerardo y a mí, nos ponía 2 calcetines como guantes y bajaba el colchón como ring, seguramente era el que más se divertía, creo que si hubiera tenido la oportunidad, habría vendido boletos y los habría agotado. Esa perseverencia, mas su don de gente, mas la audacia lo han hecho un empresario exitoso, empezó su negocio como dice Borola Burrón, prácticamente con saliva y a partir de ahí se ha labrado un nombre y un prestigio.
De mi hermana Carmen, recuerdo como jugábamos a las canicas, cuando aprendimos a andar en bicicleta, cuando nos perdimos tomando un camión equivocado, cuando aprendimos a bailar, compartimos experiencias que han fortalecido el lazo fraternal, de ella admiro su habilidad para transformar una casa en hogar, en un lugar donde siempre quieres estar.
De Gerardo tengo muchos recuerdos y seguramente hablaremos en otra ocasión, tuvimos muchas aventuras, lo que mas recuerdo es que fue mi compañero de juegos durante toda mi infancia y fue una infancia muy feliz a pesar de las carencias, recuerdo su carácter reservado, sus cambios de humor, pero siempre recuerdo cuando regresábamos caminando a casa, abrazados, agotados y divertidos.
De Alejandra mi hermana mas pequeña, recuerdo su belleza, era una bebita hermosa de una inteligencia impresionante, habló claramente desde los 2 años, la recuerdo sentada en la mesa de frente a mi Papá tocándole con sus manitas sus mejillas, la recuerdo frágil pero cuidada por todos.
Lo que más admiro de ellos es que somos dignos hijos de mis padres, aprendimos lo que nos enseñaron y aunque estamos separados a la distancia, y tal vez no compartimos como deberíamos, sabemos que estamos ahí para apoyarnos cuando lo necesitemos. Es una pequeña muestra de lo que encuentras escarbando en los recuerdos.
Ahora les dejo la frase para la reflexión...
"No considero nada vergonzoso honrar a los hermanos."
Esquilo de Eleusis (525 AC-456 AC) Poeta trágico
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