Después de un año, ocho meses y quince días, vuelvo a sentarme enfrente de la página en blanco de este blog que, como ustedes saben, nació de mi gusto por escribir.
Dejé de escribir a mediados de diciembre del 2014, pensando en tomar unos días de vacaciones que durarían hasta inicio del siguiente año, pero el tiempo siguió pasando sin que escribiera, los temas estaban en mi cabeza pero no lograba acumular las fuerzas para sentarme a escribir, esas semanas se convirtieron en algo que llamé un año sabático, sin serlo realmente y después, casi sin darme cuenta, se acumularon días hasta contar el tiempo total que comenté al inicio.
Fue pereza, desidia y falta de motivación, es probable. Me dejé llevar nuevamente por las actividades cotidianas que realizaba en el trabajo y dejé de acudir a mi oasis personal en el cual renovaba mis fuerzas pensando en que la energía puesta en escribir la necesitaría para acudir al día siguiente a la rutina del trabajo, reconozco mi equivocación.
Como saben quienes leían mis publicaciones, las compartía en el facebook, esta aplicación eventualmente te hace recordatorios de tus publicaciones pasadas, en los últimos meses ha venido recordándome publicaciones del blog, que releídas me han parecido, perdonen la falta de modestia, muy buenas, actuales y dignas de compartirse nuevamente, como un rico plato recalentado en el cuál los sabores se han mezclado mejor e intensificado, como un buen vino de guarda que con el tiempo magnifica sus propiedades.
Han pasado muchas cosas desde entonces que son dignas de platicarse, eventos personales que han cambiado radicalmente mi forma de ver las cosas, pérdidas incomprensibles que llenan de dudas mi vida espiritual, dudas que distorsionan mi visión y afectan la perspectiva con que las enfrento, el proceso catártico de escribirlas fue segado de tajo por mi mismo, como si fuera una especie de suicidio, donde la víctima mortal fue precisamente, el escritor de estos artículos.
Sin darme cuenta, de manera repentina, dejé de ser congruente, dejé de hacer lo que predicaba en lo que escribía, deje que los sentimientos, las emociones negativas me impidieran hacer lo que me gusta hacer, me convertí en mi peor enemigo, como suele suceder a los seres humanos, boicoteé la actividad que más disfruto, escudando en pretextos volver a empezar mi proceso de escribir.
Pero he regresado, mis deseos de escribir regresaron también, ahora tengo dos blogs, éste en donde tengo una plática más informal contigo, donde busco en los múltiples temas algo de interés que te ayude a mejorar de manera personal, tener una reflexión que te impulse a cambiar los hábitos nocivos en positivos, un botón que lance a la acción en la búsqueda de una mejor versión de tí. El otro blog es el profesional, donde la búsqueda de la mejora es para las empresas, la organización y sus procesos, así como de las personas que dirigen esas empresas.
En la primera etapa del blog me propuse escribir un artículo diariamente, en verdad que es un esfuerzo que requiere de mucha dedicación, ahora no estoy seguro de lograrlo sin repetirme, pero trataré de hacerlo con la suficiente frecuencia que los temas puedan darme, prometo por lo menos uno por semana.
Continuamos nuestro andar en la busqueda de graduarnos de la vida con el máximo honor: Summa Cum Laude.
Como siempre al final de mis artículos encontrarás un resumen en sabiduría de otras personas, en pocas palabras o como recita mi cultura de selecciones de Riders Digest, "citas citables", siempre entrecomilladas, ahora que está de moda el tema del plagio, así que, amigo lector, te dejo la frase del día de hoy...
"La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar."
Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) Escritor estadounidense.
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