lunes, 26 de septiembre de 2016

Un año más

Hoy particularmente me dieron ganas de escribir, cumplo un año más de vida.
No recuerdo claramente cómo me veía al llegar a esta edad cuando era niño, pero ciertamente no es como lo imaginé, a pesar de mis esfuerzos, es la vida y no la planeación la que me llevado hasta aquí, probablemente intervine un poco, o mucho forzando con mis decisiones, acertadas unas y equivocadas otras, pero no recuerdo haberlo planeado así.

No puedo dejar de sentir lo que siento, sensaciones encontradas, un cúmulo de emociones que intento describir en esta hoja en blanco para clarificar mi mente.

Estoy agradecido con Dios por las bendiciones recibidas, principalmente salud, hasta hoy me siento sano, bien, puedo caminar, hablar, escribir, pensar, ver, oír, disfrutar de la comida. Cuantas personas han tenido que sufrir la pérdida de un sentido, de alguna parte del cuerpo, de la razón, el entendimiento, o la memoria, perder tus recuerdos debe ser muy doloroso.

Tengo a mi esposa, mi compañera de vida, que me ama de una manera que tal vez no merezco, pero que trato de corresponder de la misma forma. Me completa y me hace muy feliz, me ha dado a dos hijos maravillosos que son producto del amor que nos tenemos, sanos en el sentido físico y espiritual, respetuosos y que están llenos de sentimientos nobles, inteligentes y dedicados, juntos hemos formado una hermosa familia.

Tengo la fortuna de que viva mi Madre, los seres humanos necesitamos arraigarnos y lo primero a lo que lo hacemos al nacer es a nuestra Madre, la mía, con virtudes y defectos como todos los humanos, me doto por los genes de características similares a las suyas, la sensibilidad para la poesía es una de ellas, con la crianza me forjo como el hombre que soy y que a veces no le agrada a mi pareja, sólo a veces, sé que la mayoría de ellas sí, tengo saldo positivo.

Tengo el amor de mis hermanos, los seis, uno de ellos desde el cielo. Son la fuerza que la unión dio a la familia, la distancia y el tiempo nos separa pero el amor nos une en pensamiento y en los momentos que te sientes más propenso a la tristeza, una llamada o un mensaje inesperado te devuelve la alegría y el optimismo. Sabes que puedes contar con ellos. También está el resto de la familia, sobre todo la elegida por decisión y no por los lazos consanguíneos.

Tengo los amigos, los sinceros, los que se cuentan con los dedos de las manos, que te apoyan y que están contigo en la distancia, la que ponen las ciudades y las que pone el tiempo.

Tengo mi fé que ayuda a soportar dificultades, cuando me siento más solo e indefenso, la oración y la fé en mi Dios me da esperanza, cuando tuve que enfrentar las despedidas más cercanas, la de mi Padre y de mi Hermano me dio fuerza para soportar el dolor que da la ausencia y con alegría aceptar su renacer para la vida eterna. Es su espíritu el que me influye, me llena el corazón y me da la claridad de pensamiento.

Ese espíritu es también el que me inspira, que me da mis fortalezas, lo que hago bien y que me da la oportunidad de llevar el pan a la mesa de mi familia, cuánta gente que no tiene cómo hacerlo. 

Tantas cosas por las cuales agradecer y no puedo dejar de estar triste, el día lluvioso no me ayuda para el ánimo, ya les he dicho que estos días me dan melancolía, necesito que haya sol para mis pilas.

Escribir me hace darme cuenta, de lo afortunado que soy, de lo mucho que me dado la vida, ayer en la homilía el sacerdote decía que debemos reconocer, agradecer y compartir, reconocer lo que tenemos, agredecer por ello y compartirlo.

Que las emociones ganen en lo positivo y la alegría de vivir y cumplir un año más venza a la melancolía.

Por ahora te dejo la frase de reflexión...

"Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma."

Albert Schweitzer (1875-1965) Filósofo, médico y escritor alemán.

 



miércoles, 21 de septiembre de 2016

Mis propias contradicciones

 
¿Les ha tocado hacer algún proceso o trámite en línea donde les piden que copien una clave que les presentan?, si es así habrán visto que les dicen en el recuadro de instrucciones: ayudanos a asegurar que eres humano. Si esos sitios conocieran mis contradicciones no me pedirían corroborar que lo soy.

Los seres humanos estamos llenos de contradicciones, somos como las veletas a las que mueve el viento en todas direcciones, aún aquellos que presumimos de ser congruentes, en torno a una situación en específico, pensamos y actuamos según nos sentimos en el momento en que se presenta y decimos lo que nos hace decir lo que sentimos.

Me explico, si decimos que una persona es congruente, es porque lo que piensa, lo que siente, lo que dice y lo que hace está alineado, por ejemplo, cuando vemos a alguien que lastima a un perrito, sentimos enojo por la acción, lástima por el perrito,  pensamos que no es correcto y que debemos hacer algo, impedimos que la persona siga maltratando al perrito, actuamos y denunciamos a la persona, además comunicamos en todos los foros posibles que estamos en contra del maltrato y a favor de cuidar a las mascotas, decimos; de hecho tenemos una en casa y la tratamos como un miembro más de la familia, actuamos. Congruencia en el pensar, en el sentir, en el decir y el actuar. Pero no es fácil conseguirlo en todo lo que hacemos.

Lamento confirmarlo pero yo mismo estoy lleno de contradicciones, escribo un blog que me permite decir lo que pienso, pero a veces no consigo actuar como lo recomiendo en mis publicaciones, he mencionado muchas veces en este sitio que me gusta escribir, que es un oasis donde cargo energía, pero dejé de escribir casi dos años, tremenda incongruencia. Me dejé llevar por la pereza, por la desidia, se me acabaron los temas, perdí la motivación, no pude romper un mal hábito, no lo sé. simplemente pasó y se acumularon los dias, semanas, meses.  No apliqué lo que predicaba.

En el blog hablo de multiplicar los momentos felices, pero me dejo asaltar por pensamientos negativos, cuando me doy cuenta, me encuentro pensando en lo que debí haber dicho, o debí haber hecho en el pasado, lamentándome cuando ya no hay manera de volver en el tiempo y componerlo, rumiando esos pensamientos y afectando mi estado de ánimo con tristeza. Que incongruencia.

En muchas ocasiones he hablado de la importancia de las emociones positivas pero siento tristeza por las pérdidas, tanto espirituales como materiales, siento coraje por las acciones injustas de la gente, por lo que me hacen o siento que me hacen, siento ganas de hacer daño, deseos de venganza, pienso que hay personas que actúan mal y les va bien, entonces pienso que tal vez debería ser como ésas personas que observo aprovechándose de otros.

Pero todo es consecuencia de que soy humano y que todas estas incongruencias son mis debilidades humanas, lo importante que quiero decirte hoy es, cómo consigo dominar lo negativo y cambiarlo a modo positivo. Si, hay incongruencias porque probablemente esté sintiendo un coraje inmenso y un deseo de hacer daño, pero mi pensamiento está dominado por la cordura, mis actos por los valores que predico, así aunque sienta lo contrario, no hago lo que siento sino lo que pienso que es correcto y por lo tanto tampoco digo lo que siento en el momento sino también lo que pienso que es correcto.

Qué dificil es convivir con nuestras contradicciones personales día con día, pero el proceso debe ser consistente, repetitivo hasta el cansancio hasta que vamos logrando una mayor y mejor alineación de las cuatro variables: Sentir, pensar, decir y hacer.

Nada me gustaría más en este momento que darte un consejo más eficaz y práctico, pero no tengo la respuesta, personalmente trato de hacer todos los días un ejercicio de convencimiento, de que será un gran día y que traerá cosas buenas, agradecer todo lo que tengo y todo lo que soy, en primer lugar a mi Dios que me da fortaleza y me ayuda a superar mis debilidades humanas y después a todos los que me rodean, incluso a los que me dañan intencionalmente o sin darse cuenta.  Todos los días refuerzo mis valores, hago oración para obtener fuerzas y trato, de verdad trato de ser mejor persona para mi familia, mis amigos, mi ciudad y mi país.

La mayoría de las veces trato de aplicar lo que comento en el blog, como siempre lo dicho no es fácil, pero a base de hacerlo una y otra vez,  vas adquiriendo práctica. Si algo debes hacer es seguir intentando, cambia tu mezcla personal de momentos positivos/negativos, o  felices/tristes.

Escribir es un proceso catártico, de introspección, que me invita a compartir, a dar lo que tengo y que pueda ayudarte a mejorar. Deseo sinceramente que encuentres tus propios métodos que te ayuden a que puedas vencer tus propias contradicciones.

Por ahora te dejo una frase para reflexión:

"Nunca he perdido el sentimiento de contradicción que hay detrás de todo conocimiento."
Hermann Hesse (1877-1962) Escritor suizo, de origen alemán.






viernes, 9 de septiembre de 2016

Honrar los acuerdos

¿Cuánto vale tu palabra?, ¿necesitas de un papel para obligarte a respetarla?. Los contratos son acuerdos de voluntades que las partes firman con la intención de que sean respetadas, pero hubo un tiempo en que la palabra empeñada tenía un valor mayor que el papel donde se expresaba el acuerdo.

Esos tiempos ya no existen, o al menos me lo parece. Personalmente soy una persona que le da una importancia superlativa al valor de mi palabra, pero veo con tristeza que mi forma de pensar me deja en desventaja. Ya en algún momento les comenté sobre las dudas que se me presentaban al educar a mis hijos en la base del respeto al derechos de los demás cuando vivimos en un país en el que se premia la impunidad y el egoísmo rampante en todas sus formas.

Sin embargo, el sentimiento negativo que me hace pensar así, rápidamente trato de convertirlo a positivo pensando en que, al igual que en el amor, es siempre más feliz quien da que quién recibe, quien da su palabra y la respeta es, finalmente, mejor persona y más feliz que quién la dió pero no la respeto.

Ahora que está reciente la muerte del artista popular, exitoso compositor y cantante Juan Gabriel, me apropié de una frase que le atibuyeron, no estoy seguro si es de él que decía: "Cuando mueres, lo único que te llevas es lo que das". Hermosa ¿no creen?.

Ya en otra publicación muy al inicio del blog les comentaba que uno no puede dar lo que no tiene, releean http://richosan.blogspot.mx/2013/09/nadie-da-lo-que-no-tiene.html, si no tiene valor tu palabra no la puedes dar.

Tristemente, nos topamos con personas que hacen del egoísmo su manera de establecer sus relaciones, se mueven solo a su conveniencia y a sus intereses, primero son ellos, después son ellos y al último son ellos, no importa si se daña la relación, vendrá otra, lo que importa es que consiguieron lo que quisieron.

¿Cómo podemos protegernos de personas así?, lo más sencillo sería ser igual a ellos, pero estarías cometiendo el mismo error. Lo primero que tienes que hacer es tratar de identificar rápidamente su nivel de egoísmo, en el trato diario puedes darte cuenta si piensa primero en sí mismo o en los demás, éso te daría un primer indicio antes de comprometer la palabra en algo que de te cause mayor pérdida. Si en su forma de actuar con otras personas te das cuenta que no respeta su palabra dada, tampoco lo hará contigo. Aléjate, si no te es posible por ser una relacion cercana, solo mantenla limitada, será lo más sano.

Aunque en mis publicaciones siempre hablo del cambio y de la mejora personal, no intentes cambiarlo, recuerda que la voluntad de cambiar debe venir de sí mismo , no por que alguien se lo diga. Podrás hacerle notar las consecuencias de su forma de actuar, pero hasta que no las sufra, tome consciencia y deseé cambiar, no podrá hacerlo.

Mientras tanto sigue respetando tu palabra, lo más probable es que vayas encontrando personas que compartan tu visión y tendrás un círculo de relaciones más positivas que negativas. Por hoy sólo me resta compartir un poco de sabiduría en pocas palabras...

"Ambos se dañan a sí mismos: el que promete demasiado y el que espera demasiado."
Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) Dramaturgo, crítico literario y pensador alemán.


viernes, 2 de septiembre de 2016

De regreso...

Después de un año, ocho meses y quince días, vuelvo a sentarme enfrente de la página en blanco de este blog que, como ustedes saben, nació de mi gusto por escribir. 

Dejé de escribir a mediados de diciembre del 2014, pensando en tomar unos días de vacaciones que durarían hasta inicio del siguiente año, pero el tiempo siguió pasando sin que escribiera, los temas estaban en mi cabeza pero no lograba acumular las fuerzas para sentarme a escribir, esas semanas se convirtieron en algo que llamé un año sabático, sin serlo realmente y después, casi sin darme cuenta, se acumularon días hasta contar el tiempo total que comenté al inicio. 

Fue pereza, desidia y falta de motivación, es probable. Me dejé llevar nuevamente por las actividades cotidianas que realizaba en el trabajo y dejé de acudir a mi oasis personal en el cual renovaba mis fuerzas pensando en que la energía puesta en escribir la necesitaría para acudir al día siguiente a la rutina del trabajo, reconozco mi equivocación.

Como saben quienes leían mis publicaciones, las compartía en el facebook, esta aplicación eventualmente te hace recordatorios de tus publicaciones pasadas, en los últimos meses ha venido recordándome publicaciones del blog, que releídas me han parecido, perdonen la falta de modestia, muy buenas, actuales y dignas de compartirse nuevamente, como un rico plato recalentado en el cuál los sabores se han mezclado mejor e intensificado, como un buen vino de guarda que con el tiempo magnifica sus propiedades.

Han pasado muchas cosas desde entonces que son dignas de platicarse, eventos personales que han cambiado radicalmente mi forma de ver las cosas, pérdidas incomprensibles que llenan de dudas mi vida espiritual, dudas que distorsionan mi visión y afectan la perspectiva con que las enfrento, el proceso catártico de escribirlas fue segado de tajo por mi mismo, como si fuera una especie de suicidio, donde la víctima mortal fue precisamente, el escritor de estos artículos.

Sin darme cuenta, de manera repentina, dejé de ser congruente, dejé de hacer lo que predicaba en lo que escribía, deje que los sentimientos, las emociones negativas me impidieran hacer lo que me gusta hacer, me convertí en mi peor enemigo, como suele suceder a los seres humanos, boicoteé la actividad que más disfruto, escudando en pretextos volver a empezar mi proceso de escribir.

Pero he regresado, mis deseos de escribir regresaron también, ahora tengo dos blogs, éste en donde tengo una plática más informal contigo, donde busco en los múltiples temas algo de interés que te ayude a mejorar de manera personal, tener una reflexión que te impulse a cambiar los hábitos nocivos en positivos, un botón que lance a la acción en la búsqueda de una mejor versión de tí. El otro blog es el profesional, donde la búsqueda de la mejora es para las empresas, la organización y sus procesos, así como de las personas que dirigen esas empresas.

En la primera etapa del blog me propuse escribir un artículo diariamente, en verdad que es un esfuerzo que requiere de mucha dedicación, ahora no estoy seguro de lograrlo sin repetirme, pero trataré de hacerlo con la suficiente frecuencia que los temas puedan darme, prometo por lo menos uno por semana.

Continuamos nuestro andar en la busqueda de graduarnos de la vida con el máximo honor: Summa Cum Laude.

Como siempre al final de mis artículos encontrarás un resumen en sabiduría de otras personas, en pocas palabras o como recita mi cultura de selecciones de Riders Digest, "citas citables", siempre entrecomilladas, ahora que está de moda el tema del plagio, así que, amigo lector, te dejo la frase del día de hoy...

"La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar."
Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) Escritor estadounidense.